La Gestión del Conocimiento puede entenderse como el conjunto de procesos adoptados por las organizaciones para aprovechar la aplicación efectiva de los saberes existentes en su interior. Gestionar el conocimiento no es tanto hacer cosas nuevas, sino utilizar de otra manera los recursos de conocimiento existentes en cualquier organización. Para gestionar el conocimiento hay que promover los intercambios de todo tipo de saberes entre las personas de una organización.
La Gestión del Conocimiento surge por la propia evolución de las organizaciones. El modelo organizativo tradicional, donde todo estaba planificado de acuerdo a unos objetivos estratégicos, los procesos estaban pensados para asegurar la máxima eficacia y eficiencia, y los empleados se gestionaban como si fueran un recurso humano, es inadecuado para la situación de la nueva economía. Este modelo de empresa o de organización es útil en entornos estables dónde las variaciones sean fáciles de predecir. Pero la realidad ya no es así. Ahora las dinámicas sociales y económicas crean hoy entornos frágiles, de incertidumbre alta y en constante cambio. Ante esta nueva situación las organizaciones varían, no únicamente sus propias estrategias competitivas, sino algo más profundo: su propia identidad. Gestionar el conocimiento, no es tan solo una manera nueva de entender la formación en las organizaciones, es también una manera distinta de entender una organización y cuál es el papel de sus miembros.